¡Las prisas! A veces siento que el mundo ha cogido carrerilla y se ha olvidado de frenar… 🚗💨 Pero a ver, ¿seré yo que me hago viejo o de verdad ahora todo tiene que ser ¡para ya!? Las Prisas en la Vida Moderna: estamos Locos o qué
Ayer tuve una situación surrealista que me hizo pensar seriamente en ello…
El día que una clienta me dejó sin palabras
Todo comenzó cuando una clienta me llamó para hacer una reserva. ¡Ojo! No era para mañana, ni para el próximo mes… no, no… ¡era para el próximo verano! 😳 Le dije, amablemente, que le calcularía el precio y le avisaría en cuanto tuviera todo listo. Hasta ahí, todo normal.
Pasan las horas… Y no es que estuviera tumbado en la hamaca viendo cómo pasan las nubes, ¡no! Había hecho siete check-outs y ocho check-ins. Entre medio, metí doce lavadoras, otras tantas secadoras, planché lo que podría vestir a un equipo de fútbol entero… ¡Un caos! Así que hasta las ocho de la tarde no pude sentarme tranquilo a revisar los WhatsApp. 📲
— ¡Uf, por fin! —me dije mientras abría el chat de la clienta.
Le escribo educadamente, dándole el precio que había calculado… Y ella, tan campante, me responde:
— “Ahhh, es que como has tardado tanto… ya reservé en otro sitio.”
¡¿Perdona?! 😳 Me quedé con los ojos como platos. ¡¿Para el próximo verano?! Pero… si faltan 312 días. ¡Trescientos doce días! Me sentí como si hubiera llegado tarde a un tren que no salía hasta el año siguiente.
“Bueno, lo entiendo si fuera para hoy mismo,” pensé. Pero, ¿para dentro de casi un año? Aquí es donde me quedé sin palabras… Hombre, entiendo que la inmediatez en algunas cosas tiene sentido, pero ¿para una reserva de hotel con más de 300 días de margen? ¡Ya no sé si es que nos hemos vuelto locos o si soy yo que me estoy quedando anticuado! 🤔
Aquí no, gracias. Las Prisas en la Vida Moderna: estamos Locos o qué
Por aquí, en Parets d’Empordà, donde vivo, las prisas no son algo que nos quite el sueño. Si un paquete llega de un día para otro, ya estamos más que satisfechos. Pero lo que me dejó pasmado fue que, el otro día, un domingo, recibí un paquete de Amazon. ¡Un domingo! 📦
— ¿Pero cómo? ¿En este pueblo que ni Google Maps sabe situar bien? —me dije a mí mismo.
A ver, no es que quiera volver a la época en la que las cosas tardaban semanas en llegar, pero… ¡todo está yendo demasiado rápido! Yo recuerdo a Seur 10, que decía que llegaba a las 10… pero a las 10 de dos o tres días después. 😅
Luego tengo un amigo, y este sí que es un caso de estudio. Vive a cuatro pasos de una tienda de comida rápida… y, aún así, se pide un durum por Glovo.
— “No me jodas,” le digo siempre. “Si te sale más a cuenta ir tú mismo.”
— “Ya, pero… es que me da pereza bajar,” me responde.
¡Pero si la tienda la tiene en la esquina! 🏃♂️🍕 Será que aquí, como no nos llega ni Telepizza, ni Glovo, ni Uber Eats… ¡nada! Nos hemos quedado más tranquilos. Cuando queremos algo, cogemos el coche y vamos nosotros mismos. O, mejor aún, lo hacemos en casa. Yo soy feliz si me hago mi pizza casera, en lugar de esperar por una que me traigan en moto a mil por hora. 🍕🚴♂️
Los derechos de los trabajadores. Las Prisas en la Vida Moderna: estamos Locos o qué
Y luego está otro amigo mío, que es sindicalista, súper pro-trabajador, anti-explotación laboral, lo cual me parece genial. Pero aquí viene la contradicción: ¡es un hipócrita! 🤷♂️
¿Por qué lo digo? Porque se pasa el día quejándose de los horarios laborales abusivos, pero luego es el primero en ir a comprar los domingos por la tarde. ¡Y no solo eso! Compra en los pakis a deshoras, usa cualquier tienda 24/7 como si fuera lo más normal del mundo… y luego se cabrea porque tienen que trabajar los domingos.
Un día, no me pude aguantar y le solté:
— “Oye, macho, lo primero es ser consecuente. No puedes quejarte de que abran los domingos y luego aprovecharte de eso.”
Él se quedó callado por un segundo, y luego, claro, como siempre, salió con su excusa favorita:
— “Ya, bueno… pero es que a veces no me da tiempo entre semana.”
¡Anda ya! 🙄
Yo puedo tener muchos defectos, no te lo voy a negar, pero si algo tengo claro es que soy coherente con lo que pienso. No defiendo algo si luego yo mismo voy a sacar partido de lo contrario. Es como esa gente que dice ser vegana y luego no puede resistirse a un buen jamón ibérico… ¡no me fastidies! O eres vegano, o no lo eres. No hay medias tintas.
Así que, sinceramente, viendo lo que se ve en las grandes ciudades, como el caos que viví en Madrid el otro día… ¡me quedo con mi tranquilidad en el campo! Aquí, con mis perritos, hago mis pedidos semanales, cocino lo que tengo en la nevera y, si quiero una pizza, pues me la hago yo mismo. A mi ritmo, sin prisas. Porque al final, ¿para qué tanta prisa si nos vamos a pasar toda la vida corriendo y no llegamos a ningún lado? 🐌
Y, mientras tanto, en mi mente solo sigue sonando esa frase: “Para ya… para ya… ¡todo para ya!”
Feliz LUNES a todos! Y que vuestro perro os acompañe!!!😊
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