El poder de las lavadoras es algo que jamás creí que llegaría a dominar, y sin embargo, aquí estoy, sin saber cuántas lavadoras puedo poner al día. Lavadoras al poder en mas Torrencito
Desde marzo de 2023, cuando decidí dejar de beber, empecé a planchar como si el destino de mi vida dependiera de ello. ¡Ni un psicólogo me podría explicar la conexión entre dejar el alcohol y comenzar a planchar fundas de almohada! Pero aquí estamos, enfrentando el mundo de las sábanas y toallas, y con más fuerza que nunca.
Mi rutina: El antes y después del rodillo de planchar. Lavadoras al poder en mas Torrencito
Todo cambió cuando compré un rodillo de planchar. Desde ese momento, dije adiós a la lavandería. Todo se hace en casa, con jabones ecológicos y utilizando la energía de las placas solares. Pero no te confundas, no es que sea un adalid del ecologismo, no… ¡es por ahorrar! Porque, seamos sinceros, todo está carísimo. Y si puedo ahorrarme unos eurillos, ¿por qué no hacerlo?
Cada día comienza con una maratón de lavadoras. Y no creas que estamos hablando de lavadoras pequeñas, no. Las mías son de 15 kilos, pero claro, no metemos más de dos juegos de cama y toallas por cada lavado. ¿Por qué? Porque quedan mejor. Aunque algunas sábanas… madre mía, ¡hay veces que me dan ganas de tirarlas a la basura!
Las manchas misteriosas: Un enigma sin resolver
Todavía no entiendo cómo puede haber gente que deje las sábanas en semejante estado. Un poco de sangre, lo entiendo, puede haber una herida o la regla. Pero ¿barro, tierra, cosas escatológicas? ¡Uf! Hay sábanas que he tenido que lavar hasta tres veces. Y te juro que en algún momento me he preguntado si no sería mejor quemarlas. Pero no, porque mis lavadoras son como el Girona de la temporada pasada: ¡de primera! Aunque este año… no sé, parece que el cansancio las está alcanzando.
Mis lavadoras: Las heroínas cansadas de la colada. Lavadoras al poder en mas Torrencito
Este año ha sido más duro, tanto para mis lavadoras como para los futbolistas. ¿Demasiados partidos? En mi caso, demasiados clientes de una sola noche. Las lavadoras trabajan sin descanso, y claro, como los jugadores, el cansancio se empieza a notar. Ellas no meten goles, pero empiezan a fallar con el agua, se rompen desagües y filtros, y algún que otro día acaban en la enfermería. Y eso que yo soy muy manitas, aplicándoles un buen REFLEX mecánico… pero a veces ni eso las salva. Tienen que tomarse su merecido descanso.
El domingo de terror: Cuando las habitaciones se alinean en tu contra
Ayer fue un día épico. Domingo, día de cambio completo de todas las habitaciones. Ahora, ponte en mi lugar: cada habitación tiene dos camas de 2×2, y cada sábana pesa en seco más de 2,4 kilos. Si multiplicas eso por dos, ya tienes 4,8 kilos de sábanas, sin contar las fundas, que suelen ser cuatro o cinco por habitación, más las toallas. Al final, estás hablando de 7 u 8 kilos por habitación. Y no nos olvidemos de la funda de la cama, que también se cambia cada vez que se va un cliente, sobre todo cuando vienen con sus perritos (¡que me parece genial!). ¿El resultado? Unas 12 lavadoras en un solo día, cuando se hace el cambio de toda la casa. Sí, una auténtica maratón de ropa.
Reflexión final: Cuidemos más nuestras cosas (y a nuestras lavadoras)
Y así, entre sábanas, toallas, fundas y perritos, me doy cuenta de una cosa: ¡hay que cuidar más nuestras cosas! Las lavadoras no son inmortales. Trabajan sin descanso, pero también necesitan su tiempo de descanso. Y no es solo por ahorrar dinero (aunque ayuda). Es porque al final del día, todo cuenta. Desde la energía que utilizamos hasta el cuidado que le damos a nuestras cosas. Así que la próxima vez que te enfrentes a una sábana llena de barro, tierra y cosas inexplicables, pregúntate: ¿realmente la estoy cuidando como se merece?
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