Hace unos días, mi amigo Andrés, de Masia la Palma, me enseñó una reseña que le dejó una clienta. Una de esas reseñas que no necesitan florituras ni párrafos eternos: pocas palabras, pero tan bien elegidas que te pellizcan el alma.

Una reseña bonita, sí… pero, sobre todo, auténtica. De esas que consiguen condensar en unas líneas toda una experiencia, el sabor de boca que te deja un lugar, la emoción callada de una estancia vivida con calma, con mimo… con verdad.

Y pensé: eso es lo que de verdad vale la pena. Que alguien se vaya y, sin pedirle nada, te regale una opinión que huele a gratitud y a recuerdos felices.

Así que, desde aquí, mi pequeño homenaje a esas personas que saben ver con el corazón… y escribirlo con sencillez.

UX o la experiencia final del cliente by MasTorrencito


La resela hablaba de algo llamado UX.Y yo pensé: “¿UX? ¿Eso qué es? ¿Una nueva cadena de televisión? ¿Un plato de sushi?” 😂Pero la curiosidad pudo conmigo (como siempre), así que me puse a investigar… y ahí empezó mi pequeño viaje al maravilloso mundo de las palabrejas en inglés que usan los de marketing para decir cosas de toda la vida pero con más glamour.

Resulta que UX significa User Experience, o en cristiano: la experiencia del usuario.
Y con eso me explotó un poco la cabeza 💥 porque me di cuenta de que eso que ellos llaman UX… ¡es justo lo que yo llevo años intentando crear en MasTorrencito!

Pero vamos por partes.

También me encontré con otros términos:
👉 B2B (Business to Business): empresas que le venden a otras empresas.
👉 B2C (Business to Consumer): empresas que venden al consumidor final.
👉 Y UX, que como decía, es lo que tú sientes cuando compras algo, cuando usas un servicio, cuando visitas un sitio… cuando vives una experiencia, vaya.

Y ahí fue cuando conecté los puntos.
Porque en MasTorrencito no vendemos habitaciones. Vendemos momentos.
Vendemos la sensación de llegar a un sitio tranquilo después de un viaje largo. De tomarte un vino sin mirar el reloj. De ver a tu perro correr libre, sin correa, sin preocupaciones.

Y eso… eso es pura UX.

Te cuento un ejemplo que me marcó:

Un día llegaron tres parejas, cada una de un país distinto —unos alemanes, unos belgas y unos suizos—.
Solo venían a pasar una noche. Una paradita rápida antes de seguir su camino al sur.
Pero cuando vieron el jardín, el entorno, la libertad con la que sus perros podían moverse, el ambiente que se respiraba… se soltaron.

Terminaron pasando la tarde juntos, aunque no se conocían de antes.
Se abrieron unas cervezas, sacaron unas botellas de vino, se sentaron en el jardín y empezaron a hablar, a reír, a compartir historias.
Sus perros corrían felices entre los árboles, los nuestros se sumaron a la fiesta, y entre ladridos, risas y brindis… se les hizo de noche.

Fue uno de esos momentos que no se programan ni se venden con una oferta.
Fue experiencia pura. Fue conexión, libertad, disfrute. Fue exactamente eso que los expertos llaman una “buena UX”, pero que aquí simplemente llamamos sentirse como en casa.

Y por eso tengo clientes que llevan más de 15 años parando en MasTorrencito.
Gente que baja de Alemania, de Suiza, de Bélgica, camino a Almería, Málaga, Valencia… y que siempre hacen una noche aquí.
Algunos se quedan solo un día, otros alargan la estancia. Pero lo importante es que, aunque estén de paso, nos eligen cada vez.
Porque aquí recargan energía. Porque sus perros descansan. Porque ellos duermen tranquilos. Y porque ya no somos solo un alojamiento, somos una parada necesaria.

Yo no sé mucho de tecnicismos, ni tengo un máster en marketing digital…
Pero sé reconocer cuando alguien se va de aquí con una sonrisa, con los hombros más relajados, con la copa vacía pero el alma llena.

Y eso, amigos, es UX.

Así que gracias, Andrés, por enseñarme esa reseña.
Porque ahora sé que lo que hago, lo que vivimos aquí, tiene un nombre.
Y aunque venga en inglés… se siente en cualquier idioma ❤️

Reflexión:

A veces me preguntan si me importan las reseñas.
Y la verdad es que sí… pero no por los puntos, ni por el algoritmo, ni por estar arriba en Google.
Me importan cuando son de verdad.

Cuando alguien escribe lo que vivió en MasTorrencito, cómo se sintió, cómo se rieron, cómo durmieron…
Cuando cuentan que sus perros corrieron libres, que se tomaron un vinito en el jardín, que se sintieron en casa…
Ahí es cuando digo: esto sí vale la pena.

Porque yo, Miguel, no he montado un hotel.
He creado un lugar. Un rincón con alma.
Y cuando alguien lo nota, lo siente y lo escribe…
me emociona de verdad.

No hace falta que lo digan bonito.
Solo que lo digan sincero.
Que cuenten lo que somos. Sin filtros. Sin postureo.

Porque en MasTorrencito no prometemos lujo.
Prometemos autenticidad.
Y si en una reseña alguien lo refleja…
para mí, eso es SUUUPERRRR. De verdad. 💛

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Desde MasTorrencito te deseamos un buen día y que tus perros te acompañen!!!!

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