Trabajar en turismo rural tiene sus cosas buenas: el contacto con la naturaleza, el silencio… Pero también está la gente rara. La huésped, el perrito y los malos espíritus de MasTorrencito

No, no gente curiosa o excéntrica, sino gente que directamente parece haber salido de otro plano astral. Como aquella chica que vino el otro día con su bodeguero y un cargamento de rarezas.

Ya sabía que la cosa no pintaba bien desde los whats iniciales. Frases como: “¿Aceptáis perritos? Pero es que el mío tiene mucha sensibilidad energética…” o “¿Las habitaciones están purificadas? Soy un poco particular con eso” ya me habían dado una idea de que esto sería divertido. Y vaya si lo fue.

Llega. Ella, el perrito y una maleta que parecía que traía el ajuar de una reina. Antes de siquiera saludar, me suelta:

La huésped, el perrito y los malos espíritus de MasTorrencito

—¿Eres tú?
—Eh… sí, creo que sí. —No sabía si responder como un humano o imitar un perro, porque el bodeguero ya me estaba midiendo la pantorrilla como si fuera su próximo almuerzo.

Le enseño tres habitaciones para que elija, pensando que sería rápido. ¡Ja! Entra en la primera, y se queda inmóvil en el umbral. Cierra los ojos, extiende las manos y… empieza a olisquear el aire. ¡A OLISQUEAR! Como si buscara gas radón o la receta secreta de la Coca-Cola.

Entra y sale. Olfatea. Extiende las manos. Suspira. Y yo allí, con la cara de póker más intensa de mi vida.

—Oye, sin prisa, ¿eh? Tú elige y ya me dices. —le digo con una sonrisa que me dolía mantener.
—Sí, sí, gracias. Esto es importante.

Al cabo de quince minutos de rituales, me dice con voz solemne:
—La habitación 5. Creo que ahí están más tranquilos.
—¿Quiénes?
Los malos espíritus.

Tuve que morderme el labio para no reírme. Asentí con toda la seriedad que pude (mi Oscar se lo debo a ese momento), y me fui a la cocina a contárselo a Mireia.

—Otra rara, Mireia. Otra.
—¿Otra? ¿En serio?
—Que dice que hay malos espíritus. Ha dejado la ventana y la puerta abiertas para que se vayan.
—Pues nada, que les dé las buenas noches también.

Seguimos con nuestras cosas, hasta que recibo un whatsapp. “¿Podrías subirme una manta extra? Es que la energía de la habitación me ha dejado fría”. Fría la habitación, no sé si por los espíritus o por la ventana abierta con dos grados en el ambiente.

Subo con la manta. Toco a la puerta. El bodeguero intenta comerme otra vez. Ella abre y veo el panorama: velas encendidas por todas partes, la ventana de par en par y la calefacción funcionando como si estuviéramos en Siberia.

—¿Tienes la calefacción puesta? —le pregunto con delicadeza.
—Claro.
—¿Y la ventana abierta?
—Cosas mías.
—¿Tuyas, pero pago yo? —le espeto con una sonrisa tensa.
—¿Cómo?
—Que si dejas la ventana abierta, la calefacción no va a parar en toda la noche.
—Bueno, bueno, cuando se airee la cierro.
—Perfecto. Perfecto. —Digo, apretando la manta como si fuera un saco de boxeo.

Bajo y se lo cuento a Mireia.

—Mireia, ha encendido la calefacción a tope, con la ventana abierta.
—Déjala. Si quiere hacer un ritual vikingo, es su problema.

Al rato, la chica sale a pasear con el perrito. Aprovecho y subo corriendo a la habitación. Abro la puerta, y aquello parecía una nevera industrial. Frío, velas, y la ventana abierta como si quisiera invocar a Jack el Destripador. Decido coger el mando del aire acondicionado, no fuera que al espíritu de la calefacción decidiera sumar el del aire polar.

Cuando vuelve, me ve y dice:
—Eh… ¿Has notado algo en la habitación?
—¿Algo?
—Sí, algo… raro.
—Pues sí. —le digo— Mucho frío. ¿Será el espíritu del invierno?

Ella sonríe, convencida de que la broma era en serio. Mireia y yo pasamos el resto de la noche riéndonos como adolescentes en un campamento. Y sí, a la mañana siguiente, me pidió incienso para la sala de desayuno. ¡Pero eso ya es otra historia!

Desde MasTorrencito te deseamos un buen día y que tus perr@s te acompañen!!!!

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Un comentario

  1. Conozco a una chica que me hace de canguro de los perros cuando viajo y no me los puedo llevar.Esta convencida que en el primer piso de mi casa habita un demonio,no sube ni que la maten….hay gente para todo

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