Relato de la Dana y la Rabia de un Pueblo Olvidado
¿Y si hubiéramos hecho caso a los avisos? ¿Y si hubiéramos escuchado a los profesionales, a los expertos que llevan años gritando desde sus despachos, desde sus informes que este desastre estaba ahí, acechando en cada gota de lluvia acumulada, en cada vaguada olvidada? ¿Y si, por una vez, hubiéramos tenido dirigentes profesionales, con la valentía de tomar decisiones incómodas y no una banda de ineptos jugando a las políticas de salón?
Miro las noticias, y la rabia me arde en la garganta. Ya no me sorprende la cifra de muertos que crece cada hora, pero me destroza el alma la idea de que pudieron haber sido menos. De que hubo una oportunidad de evitar esto, o al menos de salvar las vidas que hoy suman nombres en la tragedia. No tengo familia en la Comunidad Valenciana, ni amigos allá, pero es la impotencia, el desconsuelo de saber que, una vez más, la arrogancia y el desprecio por el bien común han vuelto a cobrarse un precio insoportable. La rabia se convierte en nudo en mi estómago al escuchar que este desastre no es solo culpa de la tormenta, sino de la cadena de decisiones absurdas, de negligencias envueltas en banderas y promesas vacías.
¡La UME, dicen! ¡La Unidad Militar de Emergencias fue relegada para darle paso a la feria de los toros! ¡A los toros, como si en una corrida de sangre y arena se resolvieran las vidas de los que ahora se ahogan en el barro! ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cómo un dirigente puede negarse a ver la catástrofe, aunque ya el agua le cubra las botas? Mientras el agua anega casas y ahoga sueños, él sigue ahí, minimizando, rechazando la ayuda de otros territorios, como si se tratara de un asunto de orgullo y no de una emergencia donde cada minuto cuenta, donde cada mano cuenta.
¿Dónde están las prioridades?
La liga, el gran premio, los actos oficiales, el protocolo… ¿es que eso es lo que importa? ¿Cómo puede siquiera discutirse que los espectáculos se suspendan, que el fútbol se posponga, que el circo se detenga, cuando la tragedia nos cubre con su sombra? No hay espacio para el entretenimiento cuando hay familias enteras que no volverán a ver a sus seres queridos. ¡A la mierda los toros, a la mierda los banderines! Esto es una crisis, una realidad donde hace falta menos espectáculo y más seriedad.
Y mientras seguimos sumidos en el lodo, en la desesperación, ¿quién va a rendir cuentas? ¿Quién nos va a dar explicaciones cuando todo esto pase y solo quede el eco de las promesas incumplidas? Porque hoy, las piedras, el barro y los insultos llueven hacia ellos, y no sé si eso es suficiente. ¿Hasta cuándo vamos a soportar esta cadena de negligencias? ¿Hasta cuándo dejaremos que una élite de inútiles decida por nosotros y juegue con nuestras vidas?
¿Y si fuera distinto? ¿Y si algún día, el cambio climático no fuera una línea de propaganda, sino una realidad que enfrentáramos con la urgencia que merece? ¿O es que vamos a quedarnos cruzados de brazos, viendo cómo el agua sube y sube, hasta que un día nos cubra a todos?
Desde Mas Torrencito os deseamos un FELIZ LUNES!!! y que vuestro perr@ os acompañe!!!!
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